miércoles, 9 de marzo de 2011

Una oración

Le pedí a Dios una plegaria,
aquella que rezaba tenerte cerca
aquella que te solicitaba como una bendición.

Mi pasión es ferviente,

la de un hombre rendido a tus pies
como un ángel al cual le pido,
le ruego y exclamo que me toque
con su más dulce esencia

Has llegado para quedarte,
para dar cuenta de que el destino
tenía razón.

Te pienso fuerte,
para tener tu imagen cerca
como el mejor narcótico
para mi aturdido corazón

Te siento en una eterna profundidad
aquella que me susurra al oído
mientras duermo
Aquella que no permite
olvidarme de vos.